Primero deberemos definir qué son y de qué se tratan las enfermedades mencionadas en este título para comprender la magnitud de su importancia cuándo una persona las padece, sus causas así como su tratamiento y/o prevención de la progresión. A lo largo de este artículo te iremos llevando de la mano explicando progresivamente los términos y la secuencia de esta enfermedad para ayudarte a evitar confusión con los términos y abreviaciones.
¿Qué es el hígado graso, esteatosis hepática o enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico?
La enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico (esteatosis hepática o HGNA) es un término genérico para múltiples y variadas alteraciones hepáticas que afectan a las personas que beben muy poco o nada de alcohol. Como su nombre lo implica, la principal característica de la enfermedad es una gran acumulación de grasa en las células del hígado.
El hígado graso no alcohólico (HGNA), es una forma potencialmente grave de la enfermedad, que se caracteriza por la posible inflamación del hígado, la cual puede avanzar hacia una cicatrización y el daño irreversible. En esta enfermedad el daño es similar al causado por el consumo excesivo de alcohol. En su forma más grave, la esteatosis hepática no alcohólica puede avanzar hacia la cirrosis y la insuficiencia hepática.
La enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico (HGNA) se está convirtiendo en la causa más común de enfermedad hepática en el mundo, especialmente en los países de occidente, se calcula que afecta a aproximadamente de 80 a 100 millones de personas en el mundo. En los Estados Unidos, es la forma más frecuente de la enfermedad hepática crónica, se calcula que en los Estados Unidos afecta ya a un tercio de la población y a más del 75% de los pacientes que sufren de obesidad.
La enfermedad hepática no alcohólica (HGNA/NAFLD, por sus siglas en inglés) abarca un rango que va de la esteatosis únicamente (células de grasa entre las células del hígado) a la esteatohepatitis no alcohólica (NASH, por sus siglas en inglés) lo que implica la presencia de inflamación y sustancias tóxicas entre las células de hígado; y en su extremo más severo que involucra fibrosis, cirrosis y hasta un aumento en el riesgo de cáncer hepático (carcinoma hepatocelular).
Se calcula que aproximadamente 6 millones de individuos en EE.UU. han progresado a EHNA (esteatohepatitis no alcohólica) y unos 600,000 a cirrosis vinculada a EHNA. Existen importantes diferencias culturales y geográficas en la prevalencia de la obesidad.
Se considera que la fibrosis se presenta en un tercio de los pacientes que sufre de HGNA/NAFLD tan solo después de 4 años del diagnóstico si no se recibe tratamiento. Y ya que la obesidad y el síndrome metabólico se consideran unos de los principales factores de riesgo para desarrollarla, es por esto que este tema sobre enfermedades del hígado tiene cabida en este blog de cirugía de obesidad pues es ya bien conocido y está comprobado que desgraciadamente, en la mayoría de los casos las medidas médicas o no quirúrgicas para controlar el peso en aquellos casos con obesidad severa, no son efectivas o lo son por sólo un periodo corto de tiempo. Hay estudios que incluso han considerado esta enfermedad hepática como una indicación primaria para considerar a un paciente como candidato a la cirugía bariátrica.
La secuencia de progresión de la enfermedad del hígado graso es la siguiente:
1. Hígado graso o enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico (HGNA/NAFLD)
2. Esteatohepatitis no alcohólica (EHNA/NASH)
3. Fibrosis hepática
4. Cirrosis hepática o cáncer hepático
5. Falla hepática y necesidad de trasplante hepático
¿Quienes sufren la enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico?
La enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico ocurre en todos los grupos étnicos aunque es más frecuente en hispanos y asiáticos, especialmente en las personas de entre 40 y 60 años de edad con alto riesgo de enfermedad cardíaca por los factores de riesgo como la obesidad y diabetes de tipo 2. La afección también se encuentra estrechamente unida al síndrome metabólico, un grupo de anomalías que incluyen el aumento de la grasa abdominal, la escasa capacidad para producir insulina, hipertensión arterial y niveles altos de triglicéridos.
¿Cuáles son las causas de la enfermedad hepática del hígado graso?
Se desconoce el porqué algunas personas con obesidad y síndrome metabólico son más propensas que otras a desarrollar ésta condición, a la vez que también se desconoce porque algunos de los pacientes que padecen hígado graso desarrollan la inflamación progresiva que lleva a la cirrosis hepática no alcohólica y otros no.
Tanto el hígado graso no alcohólico (HGNA) como la esteatosis hepática no alcohólica (EHNA) están relacionados con los siguientes factores:
- Sobrepeso u obesidad
- Resistencia a la insulina e intolerancia a carbohidratos
- Un nivel elevado de glucosa en sangre (hiperglucemia) que indica prediabetes o diabetes tipo 2.
- Niveles altos de grasa en la sangre, principalmente triglicéridos
Estos problemas de salud combinados parecen estimular la aparición de depósitos de grasa en el hígado y para algunas personas, este exceso de grasa actúa como una toxina en las células del hígado; lo que produce inflamación del mismo y esteatosis hepática no alcohólica, los cuales generan la acumulación de tejido cicatricial (fibrosis) en el hígado, lo que a su vez progresa, si no es tratado a tiempo, a cirrosis hepática y por último a falla hepática.
¿Cuáles son los factores de riesgo de padecer enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico?
Existen amplia variedad de enfermedades y afecciones que pueden aumentar tu riesgo de padecer esta enfermedad e incluyen:
- Hipercolesterolemia (Nivel de colesterol alto en sangre)
- Hipertrigliceridemia (Niveles altos de triglicéridos en la sangre)
- Síndrome metabólico
- Obesidad, especialmente cuando el tejido graso se concentran en el abdomen (obesidad androide)
- Síndrome de ovario poliquístico
- Apnea del sueño
- Diabetes tipo 2
- Hipotiroidismo
- Antecedente familiar positivo de la enfermedad
- Uso de medicamentos y toxinas (amiodarona, metotrexato, tamoxifeno, estrógenos sintéticos, etc)
Mientras que la esteatosis simple que se observa en HGNA no representa un aumento de la morbilidad o mortalidad a corto plazo, la progresión de esta condición a EHNA (esteatohepatitis no alcohólica) aumenta drásticamente el riesgo de cirrosis, falla hepática, y carcinoma hepatocelular (CHC). La cirrosis debida a EHNA es una razón cada vez más frecuente de trasplante hepático.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico (HGNA)?
Debido a que la enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico no causa síntomas en la mayoría de los casos, generalmente se detecta cuando se realizan pruebas por otras razones que indican un problema en el hígado.
Las pruebas que se realizan para intentar identificar el diagnóstico y determinar la gravedad de la enfermedad incluyen lo siguiente:
Análisis de sangre
- Biometria hemática completa
- Pruebas de funcionamiento hepático
- Examen de glucemia en ayuno
- Hemoglobina glicosilada (A1C) que muestra la estabilidad de tu glucemia
- Perfil de lípidos, que mide las grasas en la sangre, como el colesterol y los triglicéridos
Estudios de imagen
- Ecografía completa
- Tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) del abdomen.
- Elastografía de transición, por ecografía o resonancia magnética
*Especificar los detalles de cada estudio se sale del propósito del artículo por lo que solo los enlistamos.
Biopsia hepática: Prueba considerada el estándar de oro y confirmatoria del grado del severidad del problema ya que la muestra de tejido es examinada en un laboratorio para detectar signos de inflamación y cicatrización.
Tratamiento del hígado graso
El tratamiento en general se resume en la solución a muchas enfermedades, y este es la pérdida de peso, dependiendo de tu grado de sobrepeso u obesidad será el porcentaje de pérdida ideal para ti buscando alejarse de esta enfermedad, sin embargo debido a lo descrito previamente y en otros artículos, cuándo la obesidad del paciente es severa, las posibilidades de perder una cantidad de peso considerable y suficiente para resolver o detener la progresión de la enfermedad son bajas, se calcula que solo el 20% de las personas con obesidad severa logran perder peso suficiente y más importante aún, mantener dicha pérdida de peso a largo plazo para evitar ésta y las muchas otras enfermedades que van de la mano de la obesidad. Es por esto que la cirugía de pérdida de peso tiene una gran cabida en los casos de obesidad severa o mórbida.
Existen ya múltiples estudios científicos donde se ha evaluado el efecto benéfico de la cirugía bariátrica en éstas enfermedades hepáticas y se ha comprobado que cuando se trata de enfermedad hepática del hígado graso y de esteatohepatitis no alcohólica (las dos primeras fases de la enfermedad) la cirugía logra una regresión de la enfermedad con cambios histológicos (en las células) estadísticamente significativos así como mejoría general de los niveles de enzimas hepáticas, en otros estudios se ha comprobado una resolución completa de la enfermedad ¡hasta en un 82% de los casos! aún así, hasta la fecha no se ha aprobado la cirugía bariátrica como indicación única o primaria para el tratamiento de esta enfermedad.
Cuándo la enfermedad ya se encuentra en fase de fibrosis no se ha visto una completa regresión de la enfermedad pero si se ha detenido la progresión de esta con la cirugía de pérdida de peso.
Por último en el caso de cirrosis compensada, hay quienes sugieren que la cirugía de obesidad conlleva a más riesgos de complicaciones mientras otros sugieren que sí es de beneficio para el paciente, por lo que no existe información suficiente para justificar la cirugía únicamente en éstas etapas avanzadas de la enfermedad. En quienes definitivamente está contraindicada la cirugía es en aquellos que ya sufren de cirrosis hepática no alcohólica descompensada pues la mortalidad es alta.
Otras medidas no quirúrgicas son: la alimentación adecuada en términos de calidad y cantidad así como el ejercicio regular, control adecuado de la diabetes y colesterol, evitar la ingesta de alcohol y medicamentos hepatotóxicos.
El tratamiento también dependerá del grado de afección de tu hígado pues no es lo mismo tratar una enfermedad hepática del hígado graso que una cirrosis en estado avanzado o descompensado.
¿Sufres de obesidad leve, moderada o severa? Si deseas saber qué podemos hacer para determinar si padeces la enfermedad y como la cirugía bariátrica puede revertir la situación no dudes en contactarnos, con gusto te podemos orientar.
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