Cirugía de obesidad y cirugía metabólica
Cirugía de alta calidad a su alcance
Si estás leyendo este artículo es muy probable que estés convencida(o) de que las dietas no funcionan, casi podríamos asegurar que si haces un análisis de tus intentos previos podrías enumerar más de 3 dietas diferentes que no te han funcionado. Si te preguntas cómo es que podemos decir esto con tanta certeza es porque la mayoría hemos pasado por ello en algún momento de nuestras vidas.
¿Quieres saber por qué? Te daremos nuestro punto de vista respecto a los posibles errores que se cometen frecuentemente al intentar bajar de peso mediante una dieta.
El tema de las dietas es un tema tan extenso y lleno de factores a considerar que es imposible abarcar todos los aspectos relacionados a la frecuente imposibilidad de perder peso. Es por eso que te exponemos aquí las razones más comunes por las que la mayoría de las veces no se alcanzan los resultados esperados cuándo se lleva una dieta.
También es importante resaltar que muchas veces los esfuerzos que realiza la gente para bajar de peso sí dan frutos pero éstos no se mantienen: el problema principal con las muchas dietas es que no dan resultados duraderos. Por lo que en cuanto dejas la dieta o te “descuidas” un poco, el peso perdido regresa e incluso con unos kilos adicionales a los que pesabas cuando iniciaste.
El objetivo de este post no será el darte una dieta específica sino resaltar los posibles errores que pueden ocasionar que estés haciendo dieta pero no estás perdiendo peso.
El comer alimentos bajos en grasa, calorías, azúcares, etc, no es sinónimo de que no puedan provocar un aumento de peso o de que dichos productos no sean dañinos si son consumidos en exceso.
Es muy común e incluso ha sido comprobado en diversos estudios de comportamiento que al ver que el alimento tiene la leyenda de “light”, “bajo en grasas”, “bajo en calorías”, “sin grasas trans”, etc.. nos influye de manera inconsciente a consumir dichos alimentos en mayores cantidades que si no tuvieran dichas leyendas, lo cual es un comportamiento comprensible.
Sin embargo debemos tener en mente que a pesar de que podrían considerarse alimentos más sanos o en su defecto, menos dañinos, siguen siendo fuentes de calorías, carbohidratos, grasas, sodio, etc. por lo que también se deben consumir con moderación.
Ya sea que se trate de alimentos light, bajos en determinada sustancia/nutriente o no, es importante tomar en cuenta que el etiquetado de la información nutricional es un tema complejo que hasta podría parecer necesario hacer un estudio extenso del tema para poder comprenderlas de forma correcta.
Además de ser un tema bastante confuso, no es por lo menos para mucha gente práctico ni atractivo leer y revisar todas y cada una de las etiquetas de todo alimento que consumimos o compramos. Sin embargo si estamos buscando comer más sanamente y bajar de peso es algo que debemos hacer con los alimentos que no conozcamos bien.
Te invitamos a que leas nuestro post sobre las Etiquetas de información nutricional si deseas conocer más detalles sobre este tema.
Es muy sencilla y concreta: no te dejes llevar únicamente por dichas leyendas en los empaques de los alimentos, ya que aún y cuándo son útiles y nos orientan, no es lo único que debemos tomar en consideración ya que debemos sobre cualquier otro factor, considerar la cantidad que consumimos de dichos productos.
Recuerda que el etiquetado e información nutricional de todos los productos y alimentos se basa en porciones especificadas por el fabricante, y casi como regla son porciones muy pequeñas lo que nos lleva muy frecuentemente a consumir el doble, triple o más de lo que está establecido en dichas etiquetas y aquí es donde sin darnos cuenta ingerimos mucho más de lo que creemos.
Al hablar de este tema debemos tomar en cuenta que existe una gran diversidad de alternativas dietéticas que podríamos tomar como base, así que resumiremos de forma sencilla nuestra recomendación respecto a la ingesta de carbohidratos.
Existen múltiples dietas que hacen hincapié en la ingesta baja o casi nula de carbohidratos y como todo en la vida, consideramos que ningún extremo es bueno y estas dietas no son la excepción.
Hay dietas como la Atkins donde casi todos los carbohidratos deben ser excluidos cosa que llega a ser muy difícil, no imposible pero sí difícil de mantener a largo plazo por lo menos para la mayoría de la gente, además de que dicha dieta sugiere el consumo de grasas saturadas 3 veces más de lo recomendado y puede llevar a deficiencia de ciertas vitaminas y minerales.
La dieta South Beach la cual permite la ingesta de ciertos carbohidratos altos en fibra y restringe la ingesta de grasas saturadas (ejemplo: tocino, mantequilla, alimentos fritos, etc). Y un ejemplo de una dieta que busca un mejor balance sería la dieta de La Zona, la cual sugiere la ingesta de 40% de carbohidratos, 30% de proteínas y 30% de grasas no saturadas.
Y así como estos tres ejemplos previos existen una infinidad de dietas disponibles y ampliamente recomendadas por sus creadores y “seguidores” sin embargo, como comentamos previamente, consideramos que ningún extremo es bueno.
El objetivo de una persona al decidir hacer una “dieta” es el llevar un balance adecuado de los nutrientes que ingiere pero aún más importante de las cantidades de alimento diario a ingerir.
En un estudio realizado por una reconocida revista médica (The New England Journal of Medicine) se comprobó que después de someter a un grupo de personas con sobrepeso a cuatro dietas diferentes durante dos años, desde el punto de vista de pérdida de peso no se demostró importancia en qué tipo de dieta llevaron sino de la cantidad de calorías que ingirieron, lo que refleja que aún más importante que la calidad (que también es relevante) la cantidad fue el factor determinante para lograr una pérdida de peso adecuada.
Si vas a enfocarte en el control de la ingesta de carbohidratos en tu dieta, más que tratar de reducir al máximo este nutriente esencial para la energía del cuerpo humano, busca que la cantidad total no sea alta y que la calidad de dichos carbohidratos sea la adecuada.
Existen los carbohidratos o azúcares refinados y los no refinados, siendo los primeros los que debes tratar de evitar ya que provocan un aumento rápido en los niveles de glucosa en la sangre lo que sin entrar en detalles bioquímicos se les conoce como de alto índice glicémico, lo que provoca que pronto tengas más hambre y comas más. (Ejemplo: arroz blanco, algunos cereales, pan, pastas, dulces, etc.)
Los azúcares no refinados son los que se consideran como “buenos” ya que por ser complejos no provocan una elevación rápida de los niveles de glucosa en el cuerpo y no despiertan el apetito como los refinados. Ejemplos: cereales de grano entero, frutas y verduras, pan de grano, etc., cualquier alimento hecho a partir de granos enteros.
El entrar en más detalles sobre esto se sale del objetivo de este post por lo que te invitamos a que visites nuestro post donde te explicamos más sobre los carbohidratos y te proporcionamos una lista de los mismos.
Otro de los errores más comunes que encontramos que los pacientes cometen es enfocarse exclusivamente en la pérdida de peso, definitivamente es un parámetro muy útil para aquellos que están haciendo la dieta pre-operatoria y de hecho es en lo que nosotros nos basamos para establecer el tiempo de duración de la dieta pr-operatoria como preparación para la cirugía de manga gástrica, de banda gástrica o cualquier otro procedimiento bariátrico.
No debemos olvidar que el cuerpo también reduce su tamaño cuándo estamos llevando una alimentación baja en calorías. De forma que cuando el paciente, ya sea previo a la cirugía o posterior a ésta, se preocupa por no perder peso de forma continua y progresiva les pedimos que también analicen la reducción en las medidas corporales lo cual sin necesidad de hacer mediciones exactas puede verse claramente reflejado en cómo les queda la ropa, la reducción en las tallas de la ropa que usan es muy notoria sobre todo los primeros meses después de la cirugía.
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La mayoría de los pacientes con problemas de sobrepeso u obesidad tienden a tener el mal hábito de comer demasiado rápido y a menos de que se trate de un concurso no hay ningún premio o recompensa por comer a gran velocidad, en cambio este simple hecho puede provocar que no pierdan peso de forma adecuada.
El comer muy rápido implica el no masticar bien los alimentos y pasar pedazos enteros de comida lo que evita que dicho bocado sea bien digerido lo que conlleva a malestares gastrointestinales que pueden pasar de ser mínimos a muy manifiestos.
Además, esto nos lleva a comer más de lo que nuestro cuerpo necesita por el simple hecho de que no le permitimos a nuestro cerebro recibir y enviar la señal de saciedad y para cuándo percibimos que hemos “llenado” ya ingerimos muchos más bocados de los que realmente necesitábamos para estar satisfechos.
Mastica cada uno de los bocados no menos de 20 veces, esto permitirá que la sensación de saciedad llegue antes de que hayas ingerido alimentos extra, además de que lograrás realmente saborear y disfrutar el alimento y tendrás una mejor digestión.
Este es un hábito en el que todos hemos caído en algún momento y es un comportamiento muy común que se presenta todavía con mayor frecuencia cuando se trata de uno de nuestros alimentos preferidos.
Debemos hacer un cambio en nuestra percepción y relación con la comida, considerar que debemos comer para vivir y no vivir para comer. Al momento de comer debemos estar conscientes de que no hay que esperar a sentir que “ya no podemos más” o que “ya no nos cabe más” porque “reventamos”.
El comer de forma pausada y tranquila nos permitirá saborear el alimento y darnos cuenta más fácilmente de que estamos satisfechos y nos evitará llegar a ese momento de “ya no puedo más”. Recuerda que no importa si te esforzaste mucho en la elección de tu comida, si la cantidad es excesiva, al final de dicho atracón la cantidad de calorías ingeridas será mucho más de la que nuestro cuerpo realmente necesita.
¿Cuantas veces tú personalmente has pensado “No sé por qué subo de peso si solo como dos veces al día?”
Resulta que ésta es una de las ideas que no podría estar más equivocada con respecto a la alimentación y las dietas. Nunca lograrás perder peso de forma adecuada o sana si tu táctica es “saltarte” comidas. No importa tanto si se trata del desayuno, comida o cena; el caso es que el organismo humano esta hecho para protegerse a sí mismo y cuando te saltas una de las comidas lo que provocas es que tu cuerpo se ponga en estado de “alerta” haciéndole creer que estás en una situación precaria en la que no sabe cuándo recibirá su siguiente alimento (fuente de energía y base de su funcionamiento) por lo que entra en un estado de inanición lo que provoca que la siguiente ocasión que comas, el cuerpo busque guardar todo lo ingerido como reserva de grasa para estar preparado para un nuevo evento de “precariedad” y escasez.
Cuidado con el también común concepto erróneo de: “solo hago una comida fuerte”, ya que esta bien que tus comidas sean ligeras y bajas en calorías, pero si tu comida fuerte no solo le llamas fuerte por ser un poco más sustanciosa sino porque comes en exceso en cantidad y no vigilas la calidad, de poco servirán esas comidas ligeras para que pierdas peso.
No solo te aconsejamos que comas tres veces al día como habitualmente nos enseñaron, sino que incluso incrementes la cantidad de ocasiones en que te alimentas, en otras palabras, además de tus tres comidas, desayuno comida y cena, entre éstas busca ingerir dos o tres “snacks”.
Este tema se explica por sí mismo: el comer comida sana no significa que puedes comerla en exceso.
Solo cabe destacar que todas las compañías de alimentos están buscando cómo vender más de sus productos y aprovechando que estamos entrando en una era de mayor consciencia sobre la salud y nuestra alimentación, nos han bombardeado con slogans y leyendas que nos buscan hacer creer que dichos productos son la mejor opción para evitar ganar peso cuándo la realidad es otra. Aun así existen productos buenos y saludables en el mercado, recuerda revisar la información nutricional para tener una mejor perspectiva de la calidad del producto.
Busca reducir las porciones de tus alimentos basándote en recomendaciones simples como comer con cubiertos pequeños (de niños es una buena opción), servir tu comida en platos pequeños, usar el tamaño de la palma de tu mano como referencia para la porción de alimento principal que ingieres, evita tomar líquidos durante la comida, trata de tomar un vaso de agua antes de comenzar a comer y no tomes agua (ni ningún líquido de preferencia) durante 15 a 30 minutos después de haber comido.
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Creer que los líquidos no engordan tanto como los sólidos es una idea equivocada que algunas personas tienen, pero la realidad es que los líquidos pueden contener tantas o más calorías que los sólidos, la mayoría de los líquidos que tenemos a nuestro alcance tienen alto contenido calórico, son ricos en carbohidratos y algunos de ellos incluso grasas como las malteadas y helados (nieve).
Incluso aquellos pacientes que ya se han sometido a algún procedimiento bariátrico ya sea la manga gástrica, banda gástrica, bypass gástrico, etc, están en un riesgo mayor de no perder suficiente peso e incluso de aumentar unos kilos a causa de la ingesta excesiva de líquidos ya que a pesar de la restricción y/o limitación en la absorción de nutrientes después de la cirugía, por ser alimentos de consistencia líquida o semi-líquida pasarán fácilmente a través del tracto digestivo.
Vigilar la cantidad y calidad de líquidos o semi-líquidos como las malteadas, jugos, bebidas alcohólicas, café con crema y leche, refrescos de soda regulares (bebidas carbonatadas), helados e incluso aquellos que se preparan con la mezcla de agua y polvo, siempre deben estar pendientes de buscar aquellos que sean light o de bajo contenido calórico, no sin antes recordar lo que les explicamos al respecto de este tipo de productos “light” en relación a que a pesar de dicha leyenda, la mayoría no dejan de contener cierto grado de carbohidratos y calorías.
Otro buen ejemplo sería las bebidas energéticas como el Gatorade ® del cual existen ciertas variedades dependiendo de la fase de entrenamiento de quien lo toma; sin embargo’ la cantidad de calorías por porción puede ir desde 50 a 100 calorías y de 7 gramos a 25 gramos de carbohidratos. Y considerando que ingerimos estos líquidos antes, durante o después de hacer ejercicio es muy fácil tomar más de una porción.
Por último en cuanto a los líquidos, debemos de recordar también que las bebidas alcohólicas en general son de alto contenido calórico por lo qué tanto por cuestión de salud como por el objetivo de perder peso debemos medirnos con la cantidad de alcohol qué se ingiere y sobre todo por ejemplo cuándo se trata de cerveza o bebidas qué se combinan con jugos o sustancias para endulzar y saborizar.
Entonces la observación es moderar la cantidad de líquidos qué tomamos ya que por ser algo qué nos ayuda a saciar la sed o pasar los alimentos sólidos tendemos a tomar de más, además de qué estos no calman el apetito.
Si no te has realizado ningún procedimiento bariátrico y quieres perder peso mediante dieta y ejercicio debes ser más constante y paciente ya que el ejercicio provoca (en menor o mayor medida) el aumento de la masa muscular la cual pesa más que la grasa corporal por lo que no debes desanimarte si han pasado días o semanas y no ves cambios en tu peso.
Los pacientes pos-operados deben considerar que si están siguiendo las indicaciones que le son establecidas por nosotros o la mayoría de los grupos bariátricos, una de las principales recomendaciones además de llevar una dieta específica es el hacer ejercicio de forma regular, la cirugía sin ejercicio no dará lo mismos resultados, e igual que en los no operados, cuándo el paciente se ejercita, su cuerpo comienza a formar más masa muscular la cual es mucho más densa (pesada) que la grasa, así que la proporción de pérdida de grasa versus el incremento de la masa muscular puede crear la falsa percepción de que no están perdiendo peso o incluso que han aumentado un poco y eso no es sinónimo de que su cirugía no está dando resultados.
Con esto nos referimos a todos aquellos detalles que pueden contribuir a que no estés perdiendo peso o ganando poco a poco (muchos de ellos ya los mencionamos en puntos previos) como el hecho de no buscar alimentos de menor contenido calórico, menor contenido en grasas, sodio, etc.
El no llevar un balance en la proporción de los nutrientes ingeridos, la cual no especificamos ya que dependerá del tipo de alimentación que te recomiende un doctor o la que hayas escogido como tu nuevo estilo de vida.
Comer despacio puede parecer un detalle insignificante pero puede hacer una gran diferencia.
Buscar ejercitarse de forma regular con alguna actividad específica o solo con cambios pequeños en la actividad diaria como caminar, pasear a la mascota o con la familia en el parque, estacionarse lejos de la entrada del supermercado, usar las escaleras en lugar del elevador y muchos otros detalles como los que ya hemos mencionado en este artículo.
Evitar los “extras” de alto contenido calórico como aderezos para ensalada qué sean cremosos y espesos, tocino, queso, croutones y todo aquello que es muy apetecible pero provocan que nuestra comida sana deje de serlo.
Tendemos a creer que por estar comiendo una ensalada no hay forma de qué aumentemos de peso, sin embargo, si agregamos este tipo de complementos podríamos llegar a ingerir incluso más calorías qué si comiéramos una hamburguesa de un restaurante de comida rápida.
Aunque pudiera parecer que muchos de estos detalles que te mencionamos no van a marcar una gran diferencia, para ponernos en perspectiva, te damos el siguiente ejemplo:
Con la ingesta de sólo 100 calorías extra al día, al paso de un año representa un aumento de peso de 5 kilos; ahora considerando que durante muchos días de ese año no solo nos excedemos 100 calorías sino mucho más, de ahí viene la sencilla explicación de porque no solo no perdemos peso sino que aumentamos con el paso de los años y sin considerar el hecho de que nuestro metabolismo va disminuyendo conforme avanza nuestra edad.
El enfoque adecuado que debes tener en relación a tu intento por bajar de peso es estar consciente de que ninguna dieta es mágica y que no llegará a ser efectiva si desde el principio la idea es hacerla por un tiempo determinado y dejarla y esperar que la pérdida de peso se mantenga.
Si logras perder peso pero no mantienes dicha pérdida, es muy probable que se deba a que buscaste bajar de peso como preparación para un evento especial como una boda, graduación, etc. Y no como algo que se vuelve una nueva relación de tu persona con los alimentos y la actividad física.
La clave es buscar hacer cambios con los cuáles puedas vivir el resto de tu vida no solo para perder peso sino para mantener dicha pérdida de forma indefinida.
Hay que poner todo lo que esté de nuestra parte y más cuándo necesitamos perder una gran cantidad de kilos, la suma de todo esto que platicamos, más una actitud positiva y el apoyo de una gran herramienta como la cirugía de obesidad lograrán sin duda alguna que alcances tus objetivos.
Tu turno, platícanos ¿qué dietas has intentado y cuáles han sido los resultados?… si ya te operaste ¿cuál ha sido el mayor cambio que has visto en tu relación con los alimentos?
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Escrito por Gabriel Rosales
El Dr. Gabriel Rosales es un cirujano certificado y altamente calificado, en constante búsqueda de las últimas innovaciones en el campo de la cirugía de obesidad para así ofrecer a sus pacientes la mejor atención posible.
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